miércoles, 30 de mayo de 2012

COLUMNISTA INVITADO

Llueve Sobre Mojado y la Caída de Constantinopla

La fecha mayo 29 de 1453 es histórica. Se cumple el aniversario de la caída de  Constantinopla —Capital del Imperio Romano de Oriente— en poder de los turcos otomanos. El Imperio bizantino es la única institución política —aparte del Papado— que mantiene su existencia durante el período medieval. Se convierte en heredero del gran Imperio romano. A lo largo de casi diez siglos de existencia, este imperio crea una imponente cultura formada por infinidad de elementos culturales tomados de otros pueblos. Esto se debe en gran medida a su situación geográfica entre Europa y Asia.

Su decadencia se inicia cuando Occidente no perdona a los bizantinos su cómoda neutralidad en 1190 con ocasión de la III Cruzada. La envidia, las querellas religiosas y la fama de sus riquezas la convierten en un objetivo militar de la IV Cruzada, que da origen al efímero Imperio latino que dura hasta 1261.

Más de medio millón de habitantes se registran en su época de máximo esplendor durante el siglo V. Bizancio es el punto de enlace tradicional donde llegan las rutas de las especies y las telas, entre otras, vía Occidente por tierra o por mar. Invasiones, desastrosas guerras y epidemias. Enemigos irreconciliables los amigos del ayer. Intrigas palaciegas. El cisma católico Romano y Ortodoxo en 1504  agravado por aspectos étnicos, religiosos y políticos. Situaciones todas que afectan la estabilidad e invierten el proceso demográfico.

El vínculo tradicional entre los imperios romanos de Occidente y Oriente se deteriora además por las constantes querellas religiosas —que destruyen la solidaridad europea y generan luchas— sobre temas tales como: las excomuniones —por la separación de la iglesia de los patriarcas bizantinos decretada por el Papado—; el conflicto iconoclasta —la prohibición de venerar imágenes cristianas en el imperio bizantino— y la separación definitiva de las Iglesias en Apostólica Romana, en Occidente, y Ortodoxa Griega, en Oriente. El Concilio de Florencia en 1439 —para la unión de las Iglesias— surte efecto en lo político, pero no cuenta con apoyo popular. La anécdota de las luchas internas se refiere, entre otros, al uso del pan ázimo en las ceremonias, los títulos de los respectivos patriarcas, el tener barba o afeitarse la cabeza o el sexo de los ángeles, que motivan batallas campales entre los bandos.

Al iniciarse el nuevo asedio del Cuerno de Oro —ya van 22 durante los siglos anteriores— la población de la ciudad no alcanza los 100.000 habitantes. Las primeras acciones militares favorecen a los bizantinos incluyendo el desembarque de algunos refuerzos y abastecimientos de Génova, Nápoles y el Papado, ya en apoyo de Constantinopla y con el pueblo unido. Lo cual le cuesta la cabeza al sultán atacante. Hay la creencia de que las murallas son inexpugnables  y que va a negociarse un rescate. De hecho, alcanza a plantearse, pero ya no hay de dónde.

Luego la superioridad turca se impone y se apoderan de ella, antes de la llegada de la flota veneciana favorable a los sitiados. Largas caravanas conducen los sobrevivientes a la esclavitud. Se cambia el nombre por Estambul y el imperio otomano va a llegar en el futuro hasta las puertas de Viena. Más adelante sucumbe por circunstancias muy parecidas a las de la antigua Constantinopla.

La Edad Media o Medioevo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente y su final en 1492 con el descubrimiento de América, o antes en 1453 con la caída del Imperio bizantino, que además coincide con la invención de la imprenta —Biblia de Gutenberg— y con el fin de la Guerra de los Cien Años y la Reforma Luterana.

El impacto psicológico de la cristiandad es violento. Arrepentimiento colectivo de haber sido indiferentes o no haber apoyado con mayor intensidad los esfuerzos bizantinos para sobrevivir. Se afirma que el cristianismo puede desaparecer e incluso se convoca sin éxito otra cruzada. Además, se hace necesario abrir nuevas rutas comerciales hacia el oriente, que van a orientar con éxito los viajes de españoles y portugueses en las décadas siguientes.

La realidad de fondo es diferente. Desde hace rato, han perdido sus posesiones territoriales y del dilatado dominio solo queda la capital. Ambiente decadente que encubre una burocracia insaciable. Un creciente descuadre fiscal. Un poder eclesiástico desbordado y tan ambicioso como el oficial. Una sociedad absorta en el recuerdo de sueños olvidados. El manejo de las rutas comerciales se desplaza en forma paulatina hacia los principados italianos, que se lucen en la materia. A todos les conviene. En particular a los residentes que así disponen de mayor tiempo para seguir siendo igual de diletantes. De hecho, ese manejo italiano continúa igual o mejor cuando la ciudad cae.  

Sin embargo, todo no está perdido. Los exiliados bizantinos se concentran en Italia. Llevan consigo la tradición cultural grecorromana, despertando así uno de los sucesos más importantes de la modernidad: el Renacimiento cultural y artístico, el desarrollo del humanismo de los siglos XV y XVI, con el cual se inicia la Edad Moderna. La leyenda de los siete peces medio fritos aún no concluye.

Alberto Arzayús Cartagena de Indias Mayo 30 2012