sábado, 4 de septiembre de 2010

COLUMNISTA INVITADO


Nuevos impuestos




AUGUSTO BELTRÁN PAREJA


Con amplio respaldo popular la Administración Distrital ha venido adelantando sus programas con énfasis en el sector más pobre y necesitado de Cartagena.


La transparencia que se reconoce en su gestión le ha creado un clima especial de confianza y aceptación. Los índices de favorabilidad en las encuestas no son más altos por la vetusta y deteriorada infraestructura vial, y por situaciones críticas que laceran a los humildes y perturban estratos productivos.


Los retos y dificultades que afronta la alcaldesa Pinedo como sus esfuerzos, son inmensos. Perviven factores adversos: la explosiva situación social. El mar amenaza a una ciudad que pronto estará por debajo de su nivel medio. Tragedias que destrozan viviendas y familias. Contratistas que incumplen. Agresivos invasores del espacio público.


Cuando tienen compromiso y sensibilidad los gobernantes suelen desesperarse en la búsqueda de soluciones. Las necesidades palpitantes superan ampliamente los ingresos fiscales. Un estatuto tributario para arbitrar nuevos recursos es la salida. Cuánto y cómo, es el asunto, porque sus consecuencias pueden repercutir en forma peligrosa. Hay que tener cuidado para que no sea peor el remedio….


En otras ciudades las empresas son atraídas con importantes exenciones tributarias, para competir con éxito como centros de producción y empleo.


Recientemente hemos visto un enfrentamiento en los tribunales seccionales, por la tributación que muerde la empresa privada con una onerosa estampilla. Este conflicto tiene dos aspectos: la plausible finalidad de ese impuesto pro Universidad (de Cartagena) y el posible impacto adverso a nuevas inversiones.


No podemos matar la gallina que produce huevos de oro, pero ¿cómo vamos a propiciar un desarrollo industrial sin compromiso cívico y social? Ahí está el detalle, decía Cantinflas.


Los mandatarios que tienen mística proponen programas audaces para superar dificultades, así con ello comprometan su popularidad. Un nuevo estatuto tributario suena antipático, porque hay casos con excesivo gravamen que causan fatiga. El predial tal vez está sobrestimado. Incrementarlo podría aventurar hacia el desvarío. Se vive un periodo de poco movimiento en el mercado inmobiliario. Hay contracción de la demanda. Los negocios no fluyen como hace unos meses. Cualquier iniciativa traumática podría traer consecuencias fatales a un sector tan sensible en la economía como la construcción.


Hace menos de un año el catastro fue reajustado y parece que se pretende un doble play. Estamos seguros de que el Estatuto que se anuncia debió ser estudiado por expertos, pero ahora les toca persuadir con cifras y argumentos superiores a la formal exposición de motivos.


Los ingresos del municipio deben aumentar al ritmo del crecimiento, con cuidado de no sumar pesimismo desalentador en esta coyuntura difícil.


Para una sana participación ciudadana es indispensable que se divulgue este proyecto en detalle. A la Academia, los gremios de la economía y del trabajo convendría convocarlos en cabildo abierto, así como al foro pertinente que es el Concejo Municipal. El ideal es obtener ingresos mayores sin espantar nuevas inversiones. Confiamos en que las mejores intenciones no terminen en un estatuto contrario al equilibrio, el empleo, y el desarrollo.



*Abogado, Ex Gobernador de Bolívar y Ex parlamentario